La creencia popular de que el agua engorda es errónea y, en
ocasiones, ha sido y es utilizada por algunos regímenes dietéticos sin
fundamento médico. Al no tener calorías, el agua no puede engordar. El
organismo humano precisa un aporte de agua continuo y frecuente, al menos 2
litros al día (además de la contenida en los alimentos), y de 3 a 4 litros si
se realiza un gran esfuerzo físico. De esta cantidad, la mayoría se excreta por
la orina, por lo que es fundamental en la función renal para permitir la
eliminación de metabolitos tóxicos para nuestro cuerpo.
Únicamente, cuando la tomamos con las comidas, la digestión
se ralentiza algo y nos produce una mayor sensación de hinchazón y saciedad,
pero NO POR TOMARLA VAMOS A ENGORDAR MÁS.
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